Carcassonne es un juego de 2 a 5 jugadores ambientado en la amurallada ciudad francesa del mismo nombre. Los jugadores deben fundar y ampliar ciudades, alargar caminos, construir monasterios y establecer granjas en los prados para abastecer las ciudades. Para conseguir puntos para ganar deben ir situando sus seguidores (los muñecos de un color de cada jugador) en las ciudades, caminos, etc. La particularidad del juego es que no cuenta con un tablero inicial, sino que este se va formando a medida que los jugadores añaden losetas.
Carcassonne y todas sus expansiones publicadas en España salvo una |
La dinámica de juego es muy sencilla: en su turno cada jugador roba una loseta y la coloca en el tablero, adyacente a otra loseta o losetas puestas con anterioridad. Obviamente la loseta nueva debe encajar: los dibujos de las losetas adyacentes se deben corresponder, uniendo camino con camino, ciudad con ciudad o prado con prado. Como si de un puzzle se tratara.
Una vez colocada la loseta el jugador debe elegir si desea colocar un seguidor de su color en esa misma loseta o no hacerlo. Si lo pone debe hacerlo en una parte específica de la loseta: un camino, una ciudad, un monasterio o en el prado. Muy importante es que si al colocar la loseta se amplía una ciudad, camino o prado que ya están ocupados por otro jugador, el jugador actual no puede colocar su seguidor. Así pues, sólo puede hacerlo en una construcción (ciudad, camino o prado) que esté libre.
Seguidores ocupando ciudades, caminos, monasterios y prados |
Y así van jugando todos los jugadores: robando losetas, ampliando con ellas el tablero de juego y situando sus seguidores. Cuando una construcción (ciudad o camino) se completa se puntúa y el jugador recupera su seguidor para reutilizarlo más adelante. Los monasterios sólo se completan cuando dicha loseta está rodeada de otras ocho, recuperándose entonces el seguidor. En cambio los prados nunca se completan, así que los seguidores colocados en ellos permanecen hasta el final de la partida.
Parece muy simple, pero la gracia del juego está en la rivalidad que surge entre jugadores para robarse las ciudades, los caminos y los prados. Como he dicho antes, un jugador no puede directamente colocar un seguidor suyo en una ciudad o camino ocupados por otro jugador, pero sí puede hacerlo indirectamente: que haya dos ciudades separadas perteneciendo cada una a un jugador y alguien coloque una loseta que las una y las convierta en una sola ciudad. Así habrá pasado a haber seguidores de diferentes jugadores en una misma ciudad y los jugadores se repartirán los puntos al completarla. Salvo que un jugador tenga más muñecos que otro, que entonces sería el único en llevarse todos los puntos. Ahí está la clave del juego: intentar robarse las ciudades, caminos o granjas de más puntos, y si no se puede al menos intentar "compartirlos".
Dos ciudades que se serán sólo una al colocarse la loseta inferior |
Para Carcassonne han sacado múltiples expansiones que incluyen nuevas losetas y figuritas de madera, pero en mi opinión desvirtúan el sentido del juego. Cuando uno se ha cansado del juego básico está bien añadir alguna expansión, pero creo que no se debe jugar con varias a la vez porque con tantas reglas nuevas y elementos que introducen acaba habiendo tantas variables dispares que hacen difícil trazar una estrategia.
Es uno de los pocos juegos para varios jugadores que incluso funciona muy bien para ser jugado entre dos, así que lo recomiendo para jugar en pareja y también para enseñar a jugar a personas novatas, pues las reglas se explican con facilidad y después de la primera partida seguro que quieren volver a jugar. Además, el tiempo de juego es de 30 a 40 minutos así que no se hará nada pesado.
Y aquí acaba la primera reseña. ¿El próximo juego del que hablaré? El de mayor éxito mundial: Colonos de Catán :)
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