jueves, 27 de diciembre de 2012

Qué ver en NRW (3): Monschau


A escasos 30 kilómetros al sur de Aachen y encajado en un valle encontramos el pequeño pueblo de Monschau. Coronado por un castillo del siglo XIII, el pueblo destaca por sus casas de entramado de madera a orillas del río Rur que invitan a retroceder 300 años en el tiempo para perderse por el puñado de calles estrechas que lo forman.

Monschau a principios de septiembre

Conocido hasta hace relativamente poco por el nombre francés de Montjoie, la tranquilidad de sus calles no revela que el enclave de Monschau ha estado muy disputado a lo largo de la historia. Sitiado y capturado por el emperador Carlos I en el siglo XVI y tomado por los franceses a finales del XVIII, no fue hasta 1918 cuando fue rebautizado con su actual nombre de Monschau.

Durante siglos el motor económico del pueblo fue la industria textil. Muestra de ello es la Rotes Haus, el edifico más famoso de Monschau, construido en el siglo XVIII para ser el hogar de una familia local que se enriqueció con la actividad textil y que ahora ha sido reconvertido en un museo en el que contemplar la decoración de la época.

Al este de Monschau se extiende el Nationalpark Eifel, uno de los 14 parques naturales de Alemania y otro destino que merece la pena visitar, ya sea para hacer excursionismo o recorrerlo en bicicleta.

Monschau tras las lluvias de diciembre

Por cierto, si se tiene oportunidad de acercarse al pueblo en diciembre (sin importarnos demasiado el frío) podremos visitar el típico mercado navideño alemán que adorna el centro y recorrer Monschau mientras nos calentamos las manos y el cuerpo con el tradicional Glühwein.

Para llegar a Monschau desde Aachen hay que tomar el autobús 66 que sale del Bushof y bajarse en la última parada (Monschau Parkhaus). Otra opción es coger el bus SB63 que pasa por la Hauptbahnhof de Aachen y bajarse en el pueblo de Roetgen para cambiar al 66 (un autobús siempre espera al otro, así que no hay peligro de perderlo o tener que esperar mucho). De ambas maneras tardamos alrededor de una hora en llegar a Monschau. Conviene asegurarse de los horarios, pues en fin de semana los autobuses pasan cada dos horas y el último autobús para volver a Aachen no sale muy tarde de Monschau.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Aparcamiento barato en Ámsterdam


El mes pasado aprovechando la Reading Week de la FH Aachen –una semana de “vacaciones” en el mes de noviembre para que los alumnos se organicen y se pongan al día en las asignaturas- alquilamos un par de coches y fuimos a pasar tres días a Ámsterdam, ya que desde Aachen apenas está a dos horas y media.

El problema claramente estuvo en el aparcamiento, que como toda gran ciudad Ámsterdam no iba a ser menos. Todas las calles del centro de la ciudad están llenas de aparcamiento de pago en los que el día te puede salir realmente caro. Los precios varían de 3 a 5 euros la hora según la zona y el día completo por más de 30. Así que la idea inicial era buscar un sitio a las afueras de la ciudad donde poder aparcar gratuitamente pero la cuestión fue: ¿dónde?

Decidimos preguntar en el hostal –después de meternos con los coches por el centro de la ciudad guiados por el GPS- y nos informaron de los párquines P+R. Estos están a las afueras de la ciudad pero son muy baratos y están bien comunicados con el centro de la ciudad por transporte público –y gratuito-.



Dejar el coche en un P+R cuesta 8 euros por día (hasta un máximo de 96 horas -4 días-) y están abiertos las 24 horas. Además te dan gratis hasta 5 tickets (uno por cada pasajero del coche) para moverte en transporte público del parquin al centro de la ciudad, y viceversa.  Conviene usar los tickets adecuadamente (validarlos al entrar y al salir de cada autobús o tranvía, y usarlos sólo para ir al centro –o a nuestro hotel u hostal- y no para desplazarnos a nuestro antojo visitando toda la ciudad) porque si no nos pueden hacer abonar todos los viajes que hayamos hecho. También, algunos párquines disponen  bicicletas gratuitas para alquilar (máximo dos por coche).

Nosotros aparcamos en el P+R de Olympisch Stadion, el parquin subterráneo del estadio olímpico. A continuación dejo la lista de todos los P+R de Ámsterdam, su dirección y un mapa con la localización de cada uno:
  • P+R ArenA Transferium. Burgemeester Stramanweg, 130
  • P+R Bos en Lommer. Leeuwendalersweg, 23b
  • P+R Gaasperplas. Loosdrechtdreef, 4
  • P+R Olympisch Stadion. Olympisch Stadion, 44
  • P+R Sloterdijk. Piarcoplein, 1
  • P+R World Fashion Center. Koningin Wilhelminaplein, 13
  • P+R Zeeburg I and II. Zuiderzeeweg, 46


Todos los párquines P+R de Ámsterdam (click para ampliar)

lunes, 10 de diciembre de 2012

San Nicolás de los estudiantes en Lieja


La semana pasada fuimos de visita -y de fiesta- a Lieja, una de las ciudades belgas más importantes, que se encuentra a un tiro de piedra de Aachen. Se celebraba San Nicolás de los estudiantes (en francés Saint-Nicolas des étudiants), la segunda mayor fiesta de los estudiantes de la ciudad (la primera es Saint-Torè en marzo, a la que también espero ir) y que dura dos días. Además de por ver la ciudad, fuimos por la curiosidad que teníamos por saber cómo es la vida estudiantil (y Erasmus) en ella y compararla con la de Aachen. Aunque todo el mundo diga que las comparaciones son odiosas…

La estación de Liège Guillemins

La primera obra o monumento de mención que uno se encuentra al llegar a Lieja en tren es la propia estación de ferrocarril, Liège Guillemins, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava, cuya cúpula tiene reminiscencias de su Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Mientras paseábamos por las calles del centro de la ciudad entre la Catedral de Saint-Paul y el Palacio de los Príncipes-Obispos (frente el cual estaba montado Le Village de Nöel, el mercado navideño típico de la ciudad) nos encontramos con los primeros estudiantes enfundados en batas blancas. Sí, porque la costumbre local de los estudiantes es vestirse con una bata (la típica de médico) que compran en su primer año de carrera y mantienen hasta el último, y salir de fiesta con ella en las dos celebraciones más importantes del año (la de Saint-Torè en marzo y esta de Saint-Nicolas en diciembre).

En dicha bata dibujan, pintan y se escriben cosas entre ellos, que unido a las manchas de bebida, barro y vómitos adquiridas a lo largo de los años convierten la prenda en una cicatriz de guerra de la que deben sentirse muy orgullosos, pues es señal de cuántos años de carrera (y tantas fiestas) llevan a sus espaldas. Obviamente no creo que haga falta indicar que la bata no puede ser lavada de un año a otro, así que en muchas de ellas no queda ni rastro ni recuerdo del color blanco ;)

Le Carré a primera hora de la noche, cuando aún era practicable cruzar por allí

Como he dicho antes, por el día es común ver a estudiantes con batas y también una jarra en la mano, con la que piden dinero a cualquier transeúnte que se cruce por su camino. El motivo lo dicen sin tapujos: quieren dinero para gastárselo en alcohol esa noche. Yo creo que dicho arranque simpático de honestidad ayuda a que más gente se estire a darles dinero xD

Por la noche, ya todos los estudiantes con sus batas pintadas y sus jarras llenas de monedas, acaban en el barrio de Le Carré, situado en el centro de la ciudad y compuesto por calles estrechas en las que se encuentran numerosos garitos y baretos pequeños con bebida a precios asequibles. La verdad es que este tipo de calles estrechas con cantidad de bares y ambiente bullicioso es lo que echo en falta en Aachen, como también en otras ciudades alemanas en las que he estado de fiesta.

Para viajar barato a Lieja desde Aachen tenemos varias opciones. Si se es menor de 26 años se puede comprar por Internet el Go Pass 1 Aachen, que por 7,20€ permite hacer un viaje en tren entre Aachen y cualquier ciudad belga (en este caso Lieja). Si se va a viajar en fin de semana, por 16,5€ para dos personas (8,25 cada una) podemos comprar el EuregioTicket, que permite desplazarse durante todo un día por las regiones alemana de Aachen, belga-neerlandesa de Limburgo y belga de Lieja. Una tercera opción sería usar el Go Pass normal, aunque teniendo en cuenta que no incluye el trayecto de Aachen hasta la frontera con Bélgica, así que habría que pagarlo aparte o confiar en que no pase ningún revisor en ese tramo.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Qué ver en NRW (2): El tren colgante de Wuppertal


A veinte minutos en tren de Düsseldorf localizamos Wuppertal, una ciudad de algo más de 350.000 habitantes atravesada por el río Wupper. Lo curioso es que la ciudad no es tan conocida por sus numerosos edificios de distintos estilos arquitectónicos o por ser la cuna del filósofo Engels o el fundador de Bayer, Friedrich Bayer, sino por contar con una atracción un tanto atípica: la Schwebebahn, o tren colgante.

Este monorraíl suspendido a entre 8 y 12 metros de altura recorre la ciudad siguiendo (en su mayor parte) el curso del río Wupper a lo largo de 13 kilómetros y 20 estaciones. Para los habitantes de Wuppertal no deja de ser otro medio de transporte más para sus desplazamientos cotidianos por su ciudad, por lo que alguno hasta llega a mirar algo raro a los pocos turistas que van a Wuppertal a montarse en el tren y sacar fotografías de la ciudad desde las alturas.

La Schwebebahn fue construida hace más de 100 años, diseñada por el ingeniero Eugen Langen (quien inicialmente la había ideado para Berlín) aunque recientemente se han llevado a cabo trabajos de renovación y modernización. A los estudiantes de Renania del Norte-Westfalia, su Semesterticket les permite montarse gratuitamente en este tren colgante, como en cualquier otro autobús, metro o tranvía de la región, pues al fin y al cabo la Schwebebahn no deja de ser otro transporte público más.


 

jueves, 22 de noviembre de 2012

La Mensa o el comedor universitario alemán


Mensa es el nombre por el que se conoce a los comedores universitarios en Alemania. Casi cada facultad tiene el suyo propio y al estar subvencionados por la universidad o el Estado ofrecen comida de calidad a los estudiantes a precios muy asequibles, por lo que sale más a cuenta comer en ellas que gastar tiempo y dinero en traerse preparado algo de casa.


En Aachen hay ocho Mensas que se encuentran repartidas por toda la ciudad en edificios de las universidades, por lo que si un día de la semana no tienes clase puedes acercarte a la Mensa más cercana a tu casa en lugar de ir a la que está en la facultad. Los no estudiantes también pueden comer pagando un suplemento de 1,50 euro... aunque no siempre te piden el carnet de estudiante para comprobar si lo eres.

En la Mensa a la que suelo ir yo tienen cuatro platos diarios diferentes y a precios fijos: por 1,80 euros, 2,10, 2,60 y 3,90, siendo éste último la delicatessen o el más elaborado. Siempre uno de los platos es para vegetarianos, generalmente el de 2,10 ó 2,60 y el otro de carne o pescado. Las raciones de ensalada cuestan 25 céntimos y un panecillo 30, aunque normalmente con cada plato te dan a elegir entre añadirle gratis verdura o coger la ensalada.

También, en lugar de pedir una de las pequeñas raciones de ensalada puedes elegir hacértela tú mismo, eligiendo entre una mayor variedad de ingredientes. En este caso el precio va por peso y llenarse hasta arriba un cuenco algo grande no cuesta mucho más de 3 euros.

Las ocho Mensas de Aachen (click para agrandar)

La variedad de platos y demás comida para elegir cambia bastante entre una Mensa y otra. En algunos tienen también pizza diaria a elegir, bocadillos, postre e incluso WOK. Aunque usualmente lo único que está subvencionado son los platos de comida, por lo que los bocadillos, las bebidas (agua, café, refrescos) y alguna cosa más están a precios normales. La única pega que encuentro (al menos a las Mensas a las que he ido yo) es la ausencia de fruta. De vez en cuando hacen semanas temáticas (la última: la Semana de la Mamá [sic]) o comidas típicas de otros países.

Las Mensas suelen abrir alrededor de las 11 y media de la mañana y cierran poco después de las 2 de la tarde (excepto alguna que abre hasta las 6 u otras que ofrecen algún plato sencillo hasta las 5). Las 11 y media pueden parecer muy pronto para comer, pero lo cierto es que a esa hora ya comienzan los alumnos alemanes a hacer cola. Además, en mi facultad el horario de las clases está distribuido de tal forma que la mayor pausa (45 minutos) entre dos clases es la comprendida entre las 11:30 y las 12:15, que es cuando todo el mundo va a comer y que para los españoles resulta demasiado pronto. Por eso, la ventaja que tenemos al estar acostumbrados a comer tarde es que a la 1 y media ó 2 de la tarde no hay nadie haciendo cola en la Mensa, por lo que podemos encontrar sitio y comer sin problemas ;)