sábado, 20 de abril de 2013

Qué ver en NRW (6): Drachenfels


Cuenta la leyenda que Sigfrido, el héroe del poema épico alemán el Cantar de los Nibelungos, mató al dragón Fafner que habitaba en una cueva en la montaña llamada Drachenfels. Bañándose en la sangre del dragón, Sigfrido obtuvo la invulnerabilidad pero sin percatarse que una hoja de tilo caída de un árbol se le había pegado en la espalda, y que esta parte de su cuerpo que no fue mojada en sangre permaneció vulnerable. Esto sería finalmente aprovechado por sus enemigos para darle muerte (algo así como a Aquiles en la Ilíada).

Sigfrido enfrentándose al dragón

Aunque todo se trate de una leyenda, hay un único dato auténtico y es que Drachenfels existe. Pero no se trata de una gran montaña, pues en realidad con sus 321 metros de altura es poco más que una colina. Situada al sur de Bonn, junto al pueblo de Königswinter y a orillas del río Rin, justo cuando este abandona el estado de Renania-Palatinado para adentrarse en el de Renania del Norte-Westfalia. Drachenfels (Roca del Dragón) forma parte de las Siebengebirge (las Siete Montañas), siete famosas montañas o colinas en una zona con más de treinta, de las cuales se extrajeron grandes cantidades de piedra para construir la catedral de Colonia. Ahora parte de ellas forman el parque natural de las Siebengebirge y son un buen lugar para practicar senderismo.

El ascenso a pie a Drachenfels, aunque algo duro al principio, se convierte pronto en un agradable paseo de poco más de 40 minutos. Otra opción es subir usando el tren cremallera, que conecta la Oficina de Turismo al pie de la montaña con la cima de esta por 8 euros (10 incluyendo la vuelta). Algo caro y con lo que nos perdemos buena parte del encanto de la subida.

Camino a la cima encontramos dos lugares de interés. El primero, a un cuarto de distancia, es Nibelungenhalle, un curioso edificio de arquitectura gótica algo siniestro construido a principios de siglo, que alberga un museo con una galería de pinturas con escenas de la ópera de Wagner de El Anillo del Nibelungo y una exposición de reptiles vivos (en línea con la susodicha leyenda de Sigfrido y el dragón). El segundo, a medio camino y mucho más destacable, es el palacio de Drachenburg, construido a finales del siglo XIX y ahora restaurante y museo, con parada intermedia del tren cremallera. Existe un billete combinado para el viaje en tren cremallera que incluye la entrada a Nibelungenhalle y Drachenburg, mucho más barato que si se compraran por separado.

Las ruinas de Drachenfels

Finalmente, coronando Drachenfels se encuentran las ruinas del castillo del mismo nombre, datado del siglo XII y destruido en el XVII durante la Guerra de los Treinta Años. Desde el mirador del castillo y desde otro situado un poco más abajo junto a un restaurante, se obtiene una magnífica panorámica del río Rin y sus alrededores, entre lo que podemos destacar:


  • Dirigiendo la mirada hacia el norte, a través del curso del río y en la orilla izquierda de éste, extendiéndose más allá de unos edificios altos que destacan, la ciudad de Bonn.
  • Observando al sur, a este lado del río, el pueblo de Bad Honnef, primera localidad de Renania del Norte-Westfalia según entra el Rin en ella, y donde el Canciller alemán Konrad Adenauer estableció su casa de retiro hasta su muerte.
  • Frente a Bad Honnef y sobre el río, las islas de Grafenwerth y Nonnenwerth, perteneciente la primera de ellas a Renania del Norte-Westfalia y la segunda al estado de Renania-Palatinado.
  • Al otro lado del río y frente a las islas, una colina donde antaño se alzaba el castillo de Rolandseck, del cual ahora sólo queda el Rolandsbogen (el Arco de Rolando), una ventana de piedra desde la cual, según cuenta la leyenda, Rolando (paladín de Carlomagno y héroe épico francés) observaba a su amada que se había retirado abatida en el convento de la isla Nonnenwerth.

Si visitamos Drachenfels, conviene también visitar Königswinter y dar un paseo a orillas del Rin o ver algunas de las pintorescas casas de entramado de madera en su calle principal (Hauptstraβe). Diferentes alternativas desde aquí son hacer alguna ruta de senderismo por las Siebengebirge o tomar un ferry por el río Rin.


jueves, 18 de abril de 2013

Shuttle Party en Aachen


El miércoles de la semana pasada se llevó a cabo la 32ª edición de la Shuttle Party, una fiesta estudiantil de cierta tradición en Aachen que se celebra una vez por semestre. La idea es sencilla: pagas una única entrada de cinco euros y tienes acceso a casi una veintena de bares y discotecas de toda la ciudad, de 8 de la tarde a 4 de la madrugada, con autobuses especiales que conectan todos los lugares.

En la edición de este año participaron: Aoxomoxoa, Apollo, B9, Café Madrid, Common Sense, Guiness House, Hotel Europa, Jakobshof, Monoheidi, New Water, Nightlife, Sowiso, Stairs, Tanzpalast y Die WG. Aunque se echaron en falta algunos otros sitios de ediciones anteriores, como Starfish o Musikbunker, porque al final todo el mundo intentó acabar la noche entrando en Stairs, lo que ocasionó una larga cola que a algunos nos hizo desistir y marcharnos al Tanzpalast.

Pero en general todo estuvo muy bien organizado, con Happy Hour de 8 a 10 (en la que cada local hizo la oferta que quiso) y autobuses cada quince minutos, con ambiente festivo aunque no dejaran beber en ellos (ni falta que hacía ya).

En resumen, no es una fiesta que convenga perderse, y el hecho que sólo se haga una vez por semestre puede saber a poco (si sólo se está un semestre o dos), aunque seguro que si se hiciera más a menudo la gente acabaría perdiendo el interés en ella.